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beyond the need of the architect and architecture: problematizing territorial coloniality and neo-liberal subjectivation in so-called colombia and méxico


egs / european graduate school
2018-2024
más allá de la necesidad del arquitecto y la arquitectura: problematizando la colonialidad territorial y la subjetivación neo-liberal en los territorios mal-llamados colombia y méxico


doctorado en filosofía, arte y pensamiento social

supervisada por fred moten

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como pudo haber dicho frantz fanon, antes de empezar nuestro caso, tenemos que decir ciertas cosas. el análisis que vamos a iniciar no es psicológico, sociológico, antropológico o arquitectónico, o como diría félix guattari: “nada de eso en particular, todo eso al mismo tiempo” (félix guattari & rolnik, 2006, p. 81). pues bien, todas las formas. las formas más variadas.

puesto que se considera apropiado y de buena educación presentar una obra con una exposición de su metodología. romperemos con la tradición y faltaremos a la costumbre. dejamos los métodos para arquitectxs y urbanistas. hay un punto en el que los métodos se devoran a sí mismos. muchxs arquitectxs no se encontrarán en lo que sigue (fanon, 2008, pp. 4–5).

como josé villagrán garcía nunca dijo, problematizar la arquitectura y al arquitectx no es ni audacia de pensador más o menos ingenioso, ni descubrimiento original de un estado impensado, sino trágica necesidad de quien —sostenido por el privilegio y la persistencia— envuelto en el torbellino que hace girar el mundo y colapsar, intenta encontrar apoyo o atisbos de otros horizontes (villagrán garcía, 2011, p. 613).

a lo largo de lo que sigue, elaboramos una problematización de la arquitectura y del arquitectx, a través de los campos y fuerzas de la experiencia de la colonialidad, situada en los territorios hoy llamados colombia y méxico. para estudiar particularmente, la re/producción del arquitectx neo-liberal —la modalidad actual del arquitectx— a través de la falsa promesa del sujeto individual uni-versal, la educación vocacional en las uni-versidades y el trabajo abstracto-alienante-subordinado, y cómo se sostiene por/para la amalgama del patriarcado-capitalismo y dominación colonial. lo que tal amalgama produce es la constante (sub)valorización de la vida y la reducción de la vida a una existencia económica y a una identidad laboral.

sostenemos que la arquitectura como tecnología, propia de la ideología blanca burguesa del diseño, y fundamental para la colonialidad territorial domina las múltiples aproximaciones para estudiar, imaginar, componer y construir el espacio y la forma, y encubre las diversas culturas habitacionales y constructivas, modalidades del habitar. la arquitectura empuja constantemente hacia la violenta inseparabilidad de la totalidad-blanca del ser y la totalidad-blanca del habitar. “pero ningún aparato de captura es una totalidad; ningún aparato de captura puede de hecho tener éxito en la totalidad de su intento de captura” (bey, 2023, p. 8).

des/apropiamos y derivamos a eli meyerhoff (meyerhoff, 2019, p. 4), cuando argumenta contra el romanticismo de la educación, y sostenemos que la arquitectura es sólo un modo posible de estudiar, imaginar, componer y construir lugares —o trans-formación espacio-territorial— entre muchos, los modos alternativos de habitar están ligados a diferentes prácticas de des-hacer mundo, como diría fred moten (moten & da silva, 2021) —maneras de ensayar devenires, espacialidades y socialidades. entendemos por modos de habitar las formas de componer los medios y las relaciones del habitar. argumentamos que los modos de habitar basados en la arquitectura sostienen prácticas de creación de mundo asociadas a normas modernas, coloniales, capitalistas, estatistas, supremacistas blancas y heteropatriarcales. en el transcurso de las luchas políticas entre modos conflictivos de hacer mundo, la arquitectura se ha presentado como la mejor y única opción para la trans-formación espacio-territorial. al estar idealizada de esta manera, hoy en día, las posibilidades de modos alternativos de trans-formación espacio-territorial, prácticas de des-hacer mundo se han vuelto casi impensables. no sólo se idealiza la arquitectura, sino que la alienación arquitectónica opera desproveyendo a las personas de la potencia colectiva de habitar autónomamente el mundo. a contracorriente, apuntamos al romanticismo de la arquitectura, más allá, en contra y más allá⁠ de la alienación arquitectónica.

cuestionamos a la izquierda-blanca arquitectónica del norte, como erik swyngedouw y peggy deamer, que coinciden en la “identificación, de que, si bien la arquitectura es lo que tafuri pretendía que fuera —el peón de la ideología—, los arquitectos no lo son” (lahiji, 2016, p. 106). por el contrario, sostenemos que los arquitectos son peones esenciales, lavaperros del poder, “perros guardianes del colonialismo”, como diría césaire (césaire, 2001, p. 55). no hay arquitectura sin arquitectxs —lo que no significa que toda la arquitectura la hagan directamente arquitectxs, sabemos que la mayor parte de la arquitectura se produce sin la participación directa de arquitectxs, sino que lxs arquitectxs hacen avanzar disciplinaria o profesionalmente la ideología blanca-burguesa del diseño que opera ambientalmente modulando un modo hegemónico de habitar, el mundo arquitectónico—, la arquitectura es la producción del arquitectx, como el trabajo es la producción del obrerx, la creación de la arquitectura es la creación del arquitectx, y como señalan fred moten y stefano harney, “la trabajadora primero se produce a sí misma, pero al hacerlo no sólo se produce a sí misma, sino a las propias relaciones de capital” (moten & harney, 2021, p. 132).

problematizar la arquitectura, entonces, es siempre una crítica al arquitectx. y situar dicha crítica en los mal-llamados méxico y colombia exige moverse más allá-contra y más allá de la modalidad de existencia que sobre-representa al arquitectx, el blanco-mestizo-cis-hetero-pequeño-burgués, el patriarquitecto neo-liberal. nos preguntamos ¿qué/quién es un arquitecto? si el trabajo es la forma clave de la dominación capitalista (krisis-group, 1999), en otras palabras, la amalgama del patriarcado-capitalismo y dominación colonial se sostiene fundamentalmente a través del trabajo. a través de la imbricación ontológica entre clase, raza y género. entonces, lo que estamos movilizando es fundamentalmente una problematización de la ontología de tal cosa como lx arquitectx. el empuje ontológico hacia ser arquitectxs. con todas las violaciones de clase, raza y género que ello implica. sin embargo, como señala marquis bey en impossible life: a meditation on paraontology: no le pedimos nada a la ontología. “la ontología no es el asunto” (bey, 2023, p. 19). porque, “el fuerte es lo ontológico, la supuesta comunidad que conlleva formar parte de la misma raza o género o clase” (bey, 2023, p. 19). o el fuerte de la supuesta comunidad arquitectónica.

estamos elaborando una problematización de la arquitectura imbricada y trans-versal —anárquica, anti-colonial, anti-capitalista, anti-patriarcal, anti-racista—, una crítica abolicionista. es decir, con-movernos más allá-contra y más allá del complejo de autoridad blanco-burgués del patriarquitecto. sostenemos entonces, a través de iván illich, que no hay arquitecturas alternativas, ni modalidades alternativas de ser arquitectx, sino que lo que necesitamos urgentemente son alternativas a la arquitectura, alternativas al complejo profesional de autoridad blanca del arquitectx. y, en última instancia, que una crítica del arquitectx y de la arquitectura como ideología blanca-colonial, significa con-movernos hacia la composición y el ensayo de los medios y las relaciones de modos autónomos de habitar, más allá-contra y más allá de la necesidad de la arquitectura y del arquitectx. en otras palabras, por medio de moten y harney, y a través de fanon (moten & harney, 2013, p. 15), argumentamos, que estamos co-moviéndonos no para acabar con lx arquitectx o la arquitectura, sino con el fin del punto de vista desde el que tiene sentido necesitar al arquitectx y la arquitectura.

no nos equivoquemos, todxs somos arquitectxs neo-liberales. no estamos comprometidxs con una crítica despiadada de la arquitectura y del arquitectx para disociarnos y distanciarnos de la arquitectura, y de su responsabilidad. sino para reconocernos a través de la violencia que sostenemos como arquitectxs al hacer arquitectura, como trabajadorxs. porque como subraya guattari, “la autocrítica hay que hacerla siempre a la teoría y a la organización” (guattari, 1976, p. 321). y por lo tanto, co-mover potencias colectivas de organización más allá de la educación arquitectónica y el trabajo, en contra de la profesionalización de nuestro hábitat. porque aunque el eje principal de la crítica sea la arquitectura y lxs arquitectxs, no escribimos sólo para lxs arquitectxs, ni para la disciplina o la profesión. no estamos aquí para convencer a nadie. sino más bien para comprometernos y con-movernos, para estudiar, con cualquiera y con todxs quienes estén dispuestxs a re/clamar la potencia autónoma del habitar. con-movernos más allá de la falsa promesa del sujeto individual uni-versal. en otras palabras, movilizarnos juntxs más allá-contra y más allá de la arquitectura. ¡a la mierda la arquitectura! no hay arquitectura autónoma.⁠3 sólo hay autonomía de la arquitectura. la arquitectura autónoma es el sueño de la blanquitud. es decir, no hay arquitectura autónoma, sino luchas autónomas más allá-contra y más allá de la arquitectura.

dejar ir. debemos dejar ir, soltar, la falsa promesa de que necesitamos arquitectxs y arquitectura. “habitar el mundo como algo no fijo requiere un profundo dejar ir. pero este profundo dejar ir es con respecto a una profunda ganancia de algo más que podría permitirnos hacer las cosas de otra manera” (bey, 2021, p. 12). “debemos dejar ir [...] dejar ir nos permite intentar encontrarnos con existencias no violadas” (bey, 2021, p. 137). “devenimos en sujetxs nuevxs y diferentes, sujetxs que no podríamos haber sido si no hubiéramos abolido la subjetividad. devenimos en no-sujetxs. al menos por ahora” (bey, 2021, p. 140).

por mucho que lxs arquitectxs quieran insistir en la posibilidad de diseñar y construir otros mundos, esto nunca sucederá, no a través de la autoridad disciplinar y profesional blanca/colonial y su proyecto moderno-capitalista-patriarcal, que sólo seguirá re/produciendo el mismo mundo arquitectónico. no detrás de la máscara-blanca de líder benévolo (said, 2013, p. 304). es decir, el mundo que el proyecto civilizatorio globalitario moderno-eurocéntrico ha impuesto sobre el planeta, sostenido por/para la amalgama del patriarcado-capitalismo y dominación colonial, que ha diseñado y construido el mundo a través de violentos: cercamientos, fronteras, extractivismo, desposesión, desterritorialización, codificación y discriminación. todo para sostener el espacio moderno mono-funcional —es decir la espacialidad por/para el mono-humanismo— para la (sub)valorización de la vida. sostener tal mundo ha causado la catástrofe civilizatoria, que como argumenta horacio machado aráoz, es “no sólo el colapso material del mundo, que sí lo es, la crisis hídrica, energética, alimentaria, sino ya como crisis civilizatoria, que para nosotros tiene que ver fundamentalmente con cuerpos que se hacen incapaces de sentir que la vida está amenazada. la crisis civilizatoria es crisis de sentido: incapacidad de sentir qué está pasando a nivel de los flujos de la vida; e incapacidad de responder sobre el sentido de la vida” (machado aráoz, 2016, p. 254).

por lo tanto, por más que la arquitectura se ponga todas las máscaras de la inclusión: racial, sexual o de clase, una máscara será. este es el reto, el horizonte, porque no se trata sólo de negar y rechazar la autoridad y la identidad laboral del patriarquitecto, sino, lo que es más importante, de con-movernos hacia la posibilidad y la potencia de imaginar y construir otros mundos, mundos-trans (bey, 2022, p. 96), ensayando, como señala de manera hermosa saidiya hartman, otros modos de habitar la tierra que podrían dar lugar a otras formas de existencia, que el mundo nos niega violentamente. más allá-contra y más allá del mundo arquitectónico, nos con-movemos, soñamos y ensayamos hacia mundos anárquicos, modalidades ingobernables de habitar, bellos experimentos de cómo-vivir, hacia trans-formaciones colectivas, y devenir ingobernables (hartman, 2019, p. 203) (hartman, 2021, pp. xiii–vi).