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¡a la mierda la arquitectura!

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no hay nada de la arquitectura que merece nuestro respeto, así que junto con una política prefigurativa, el mensaje es simplemente ‘a la mierda’, ‘que se vaya a la mierda’. a la mierda el control que ejerce sobre nuestras imaginaciones políticas. a la mierda la violencia que genera. a la mierda la inequidad que nos presenta como una virtud. a la mierda la manera en que ha destruido el planeta. a la mierda el interminable ciclo de acumulación y los cultos al desarrollo y la innovación. a la mierda la unión internacional de arquitectos y todos los grupos de reflexión que siguen sosteniéndola y promoviéndola. a la mierda leon battista alberti y le corbusier por imponernos sus ideas. a la mierda los koolhaas, los mies y todos los arquitectos cobardes y egoístas que solo buscan raspar la espalda del poder y la avaricia. a la mierda la violencia que reproduce al insistir en la división entre trabajo intelectual —diseño— y trabajo manual —construcción— . a la mierda la exclusión basada en el desprecio y dominación que ve ‘los otros’ como dignos de construir ‘nuestras’ torres y trapear nuestros suelos, pero no como miembros de ‘nuestra profesión’. a la mierda el movimiento cada vez más intenso hacia las métricas y la incapacidad de apreciar que no todo lo que cuenta puede ser contado. a la mierda el deseo por el lucro económico por encima de las necesidades de las comunidades. ¡a la mierda todo lo que representa la arquitectura y a la mierda el caballo de troya sobre lo cual cabalga! últimamente la arquitectura es una mala idea que se asocia con un sin número de resultados groseros y asunciones burdas. en respuesta, merece que la enfrentemos con un lenguaje y una acción que es igualmente ofensiva. nuestra comunidad, nuestra cooperación y nuestro cuidado mutuo son detestables para la arquitectura. odia lo que nosotrxs celebramos. así que, cuando digamos a la mierda la arquitectura que represente mucho más que palabras, que sea una puesta en práctica de nuestro compromiso con lxs demás. digámoslo alto y claro, digámoslo a cualquiera que quiera escuchar, pero sobre todo digámoslo como una llamada a la acción y como la encarnación de nuestro poder prefigurativo para cambiar este mundo gonorrea. ¡a la mierda la arquitectura!

colaboración no solicitada con simon springer

parte de la publicación eaeaeaeaea editada por coopia

there is not much about architecture that is deserving of our respect, and so in concert with a prefigurative politics of creation, my message is quite simply ‘fuck it’. fuck the hold that it has on our political imaginations. fuck the violence it engenders. fuck the inequality it extols as a virtue. fuck the way it has ravaged the environment. fuck the endless cycle of accumulation and the cult of growth. fuck the international union of architects and all the think tanks that continue to prop it up and promote it. fuck leon battista alberti and le corbusier for saddling us with their ideas. fuck the koolhaas, the mies, and all the cowardly, self-interested architects who seek only to scratch the back of avarice. fuck the fear-mongering exclusion that sees ‘others’ as worthy of building our towers and mopping our floors, but not as members of our communities. fuck the ever-intensifying move towards metrics and the failure to appreciate that not everything that counts can be counted. fuck the desire for profit over the needs of community. fuck what architecture stands for, and fuck the trojan horse that it rode in on! architecture is a particularly foul idea that comes with a whole host of vulgar outcomes and crass assumptions. in response, it deserves to be met with equally offensive language and action. our community, our cooperation, and our care for one another are all loathsome to architecture. it hates that which we celebrate. so when we say ‘fuck architecture‘ let it mean more that just words, let it be an enactment of our commitment to each other. say it loud, say it with me, and say it to anyone who will listen, but most of all mean it as a clarion call to action and as the embodiment of our prefigurative power to change the fucking world. fuck architecture!